Por: Umina Quimbo.
“Todo debe
ser tan simple como es, pero no más sencillo.”
Albert Einstein
La música se ha consolidado como parte de estrategias de marketing más
utilizados en los últimos tiempos, se ha investigado que la música controla los
sentidos y a partir de este influye en el comportamiento y hábitos de las
personas, por ende podemos hablar del consumidor mediante esta herramienta, ya que la música es parte
principal de la puesta en escena de una marca, y de cómo influye ésta a la hora
de comprar y vender.
Muchas veces visitamos centros comerciales y escuchamos toda clase de
música, pero no hacemos oído a esto ya
que lo encontramos habitual, pero cabe mencionar que si no escuchamos ninguna
clase de música si sentimos el silencio, e incluso nos sentimos incompletos.
Es por esta razón que la mayoría de empresas incluyen música a sus negocios,
tanto para los clientes como para sus empleados, como el siguiente ejemplo:
La mejor manera de entender este punto es pasearse por un supermercado a
diferentes horas del día y prestar atención a lo que se puede escuchar. La
música va cambiando según las horas, según las necesidades, diferentes del
establecimiento: No es lo mismo la música que suena en un local como en el
otro, o en horas de menor afluencia como de mayor afluencia. Pues el ritmo de
la música modifica las pautas de consumo de los clientes en las tiendas.
De esta manera, la música más lenta y calmada empuja a los consumidores a
pasar más tiempo paseando entre los pasillos y mirando los productos en
exposición. Y si se está más tiempo en una tienda, es más probable que le guste
algo. La música lenta implica, por tanto, más tiempo y más compras. Y cuando lo
que suena es una música rápida, los consumidores
apuran sus pasos para ser más eficientes en las compras, es decir el tono de la
música solo cambia el hábito de la persona.
La música clásica nos
lleva a pensar en calidad (y en precios altos) o precios bajos y, por otra parte, si lo que se quiere
es conseguir que los clientes compren los productos más caros de la tienda, no
quedará más remedio que echar mano de Mozart o de Bach. Los estudios demuestran que la música clásica empuja a comprar las
cosas más caras, aunque también que si escuchamos música clásica damos por
hecho que la tienda será de un nivel elevado.
Estos sonidos musicales tienen un efecto muy
importante ya que a partir de ella es que nosotros miramos una marca es decir,
juvenil, romántica, clásica, etc. Y depende también el lugar y el negocio a que se refiere, ejemplo; en una librería
necesitamos música clásica, mientras que en un comercial necesitamos música
juvenil, éxitos del momento que distraiga a la gente en comprar, confortable es
decir crear una atmósfera para cada tipo de negocio.
Para, Philp
Kotler define el concepto de atmósfera como “el
diseño del espacio creado conscientemente para generar determinados efectos en
los compradores, más específicamente, es el esfuerzo para diseñar entornos de
compra que produzcan efectos emocionales específicos en el comprador con el
objetivo de potenciar su probabilidad de compra.”
Podemos explicarlo con otro ejemplo como Navidad, el sentido navideño crea la
atmosfera de familiaridad de fiesta de regalos y por ende comprar más,
explicado desde este punto de vista la
música es el eje fundamental para incidir a la hora de comprar y vender, hoy en
día podemos encontrar música ya
lista como en You Tube, que nos ayuda de
una manera muy practica en la factibilidad de aplicar esta herramienta.
En conclusión la música va más allá de ser un material discográfico, si no es un
elemento fundamental de marketing que se encuentra asociado con muchos significados,
tanto culturales, como estilos de vida, personajes, distintos modelos estéticos
etc., por ello cuando se piensa en vender lo que se está aportando como un
adicional al costo de venta es todo este mundo diverso de información que nos
brinda la ¡Música!
Bibliografía:
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